Desde
tiempos ancestrales se ha afirmado que el Universo esta regido por ciertas
leyes universales que afectan todo lo que pensamos y hacemos. Una de las leyes
que toda persona debería conocer es la ley universal de dar y recibir.
Desde
la metafísica se entiende que todo es energía y siempre que hacemos algo
estamos invirtiendo energía y siempre que recibimos algo de otras personas
estamos absorbiendo energía. Si, por ejemplo, una persona invierte muchas horas
y esfuerzo en hacer algo sin recibir nada a cambio se toma el riesgo de
terminar sintiéndose frustrado y agobiado. La sensación de agobio es el
indicativo que la persona esta invirtiendo demasiada energía y no esta
recuperando la energía invertida. Nuestros cuerpos se pueden comparar a los
tanques de gasolinas que tienen los vehículos de motor. Si usamos la gasolina
sin rellenar el tanque el vehículo de motor deja de funcionar. De la misma
forma, si las personas invierten mucha energía en hacer algo y no están
recibiendo energía a cambio nuestros cuerpos dejan de funcionar bien y como
resultado nos sentimos agobiados.
Si
le hacemos un favor simple a una persona sin pedir nada a cambio, normalmente
no hay problema porque la energía invertida en hacer dicho favor es mínima. Sin
embargo, cuando hacemos un trabajo que nos toma varias horas al día durante meses
o años, aunque sea por una causa noble y justa, es importante pedir algo
equitativo a la energía invertida a cambio, porque de lo contrario acabaríamos agotados
y sin ganas de continuar. Es importante estar a tono con la ley universal de
dar y recibir si queremos vivir una vida plena, llena de felicidad y estabilidad
emocional.